miércoles, 9 de septiembre de 2009

Frijol tapado y su compromiso ambiental





El frijol (Fasceolus vulgaris) es uno de los alimentos más antiguos que conocemos; han formado parte importante de la dieta humana desde hace miles de años. Fueron uno de los primeros productos alimenticios que se cultivaron. Los frijoles comunes empezaron a cultivarse hace aproximadamente 7000 años, en Perú (con el nombre purutu) y en el sur de México. En México, los nativos cultivaron los frijoles blancos, negros, y todas las demás variedades de color.

Puesto que las tribus indias cruzaron el continente americano, estos frijoles y las prácticas de cultivo se propagaron poco a poco por toda América del Norte y del Sur, a medida que los grupos de indios exploraban, emigraban y comerciaban con otras tribus.

Cuando los conquistadores de la península ibérica llegaron al Nuevo Mundo, ya allí florecían diversas variedades de frijoles.

Los primeros exploradores y comerciantes llevaron posteriormente las variedades de frijol americano a todo el mundo, y a principios del siglo XVII, los frijoles ya eran cultivos populares en Europa, África y Asia.

El Frijol es una rica fuente de proteínas e hidratos de carbono, además de ser una buena fuente de vitamina del complejo B como son la niacina, la riboflavina, el ácido fólico y la tiamina. Igualmente proporciona hierro, cobre, zinc, fósforo, potasio, magnesio y calcio y tiene un alto contenido en fibra. También es una excelente fuente de ácidos grasos poliinsaturados.

Frijol tapado ¿qué significa?

Afirma David Thurston que “ los sistemas de siembra con cobertura muerta, como es el caso del sistema de fríjol tapado, han sido usados tradicionalmente por siglos por los agricultores del trópico húmedo, especialmente donde la quema es muy difícil o imposible. De esta manera la vegetación natural se tumba y los cultivos sembrados obtienen sus nutrientes del material vegetal en descomposición.” Normalmente se utlizan terrenos en laderas en las cuales se deja crecer la vegetación por tres años, formando lo que se denomina “tacotales”, luego se hacen “carriles”, es decir pequeños trillos en el tacotal desde donde se riega al voleo la semilla de manera quede distribuida en el terreno, para posteriormente cortar el tacotal de manera que “tape” la semilla. Esta vegetación se descompone y provee nutrientes al frijol para su desarrollo.

“Los principios de los sistemas de cobertura tradicionales y modernos que se usan alrededor del mundo, presentan ejemplos invaluables de agricultura sostenible El sistema de fríjol tapado es ejemplo de un sistema que se maneja facilmente, requiere pocos insumos, es sostenible, no causa daño al ecosistema, y provee una fuente estable de alimentos.” (Thurston).

A esto se agrega el hecho de que es un frijol orgánico, es decir, para su cultivo no solo se observan las normas de conservación de suelos, sino que es producido sin la utilización de ningún producto químico sintético, de manera que se conserva la vida y la salud de las personas que lo producen, de las personas que lo cultivan y de la tierra misma. Tampoco se utiliza ningún tóxico para su conservación: sino que se empaca, como tradicionalmente se ha hecho: se guarda bien seco en envases cerrados y utilizando ajos para evitar que surjan gorgojos. Este proceso de producción y manejo es monitoreado y por ello cuenta con una certificación orgánica que da fe de su condición.

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