miércoles, 9 de septiembre de 2009

Oferta de Arroz indígena Ngäbe



Estimados Amigos y Amigas de la Comunidad Ngäbe

Gracias por su interés en la iniciativa de venta de productos Ngäbe.

Para quienes recién se unen: ofrecemos arroz producido por familias indígenas de la Comunidad de Las Vegas del Río La Vaca ubicada en Conte Burica, Frontera Sur Sur del país.

Como ya habíamos comunicado . Este arroz ha sido cultivado y será procesado (pilado y empaque) bajo las normas de producción orgánica. Ha sido cultivado en los mismos terrenos en que se cultivara el frijol que fue comprado por ustedes a principios de año.

Con el primer anuncio que hicimos, 27 personas se apuntaron inmediatamente en la lista, todavía tenemos más grano, podemos ofrecer más arroz para que ustedes puedan comunicarse con otras personas interesadas. Ojalá y nos ayuden con sus contactos. Las condiciones son estas:

1- El precio del arroz será de 2340 colones la bolsa de 1800 gramos, es decir, aproximadamente un 15% más caro que el arroz convencional de mejor calidad, que actualmente está a 2000 colones la bolsa de 18000 gramos.

2- Para participar en la lista de compradores, es necesario enviar un correo indicando su interés, cuánto arroz quiere y puede enviar la invitación a otras personas.

3- se vale y se necesita incluir a más gente. La idea es poder colocar todo el grano por este medio.

4- Como forma de pago se utilizará depósito bancario previo.

5- El arroz se entregará un día previamente acordado, en las primeras semanas de octubre del 2009, en San José. Podrá ser enviado por encomienda, con un cargo adicional (pago de envío) si la persona así lo establece.

6- Sólo se entregará arroz a las personas en lista que hayan enviado comprobante de depósito, lo cual permitirá pagar a los productores y productoras de forma rápida.

Les adjuntamos algunas fotos, estamos tratando de crear un blog o una página para que ustedes tengan mayor acceso a esta información. Si alguien nos puede ayudar con formas fáciles de comunicación web, pues se lo agradecemos.



Muchas gracias



José Antonio Chaves Villalobos
tel. 506 83716600
Email: antonio.chaves08@gmail.com

INFORME DE TRABAJO SOBRE VENTA DE FRIJOL






Debe tenerse en cuenta que en un inicio, y sobre las estimaciones en finca, se esperaba una cosecha de al menos 150 quintales. No obstante, por razones climáticas y propias de la producción del grano, así como factores de control de calidad del envío (ejercicio propio de la Asociación de productores) la captación total de frijol fue de 61 quintales pesados en la comunidad, en realidad 59 quintales en planta. Esta diferencia se debió básicamente a una mala calibración de la romana local, pues el peso de cada saco se anotó en la bitácora de control y normalmente la diferencia era de 1 a 2 kilogramos por saco, factor que debe mejorarse.

En todo caso, el informe está hecho sobre la base de los 59 quintales.

Una limitante importante que debe anotarse es que al reducirse tan significativamente el volumen de grano, los costos se incrementaron proporcionalmente, lo cual hizo desaparecer la ganancia prevista sobre el precio pagado. Entre estos costos está el costo del transporte (prácticamente el costo de sacar 150 quintales y el de sacar 61 es el mismo, en otras palabras los 61 quintales salen tres veces más caros en este rubro). Otros costos que no son proporcionales a la cantidad sino que se comportan como costos fijos son precisamente los costos logístico de manejo de la venta, los costos de inspección y los costos de la semilla.

Un problema significativo derivado de la disminución en la cosecha fue precisamente el manejo del compromiso de préstamo asumido por la mayoría de los productores, que en algunos casos no fue posible cubrir (ver tabla de informe)

NO obstante el objetivo de pagar el mejor precio posible a los productores se cumplió. Se pagó directamente el crédito suscrito con Ficosa – BN. Actualmente la Asociación no tiene deudas y se probó el mecanismo de adelanto para cosecha en lo funcional y en lo no funcional.

Informe económico

Actividad o gasto Costo
1. transporte ⊄ 367.000
2. secado vibrado y empaque ⊄ 283.920
3. cubetas Y AJOS ⊄ 92.000
4. logística ⊄ 200.725
5. etiquetas ⊄ 163.000
6. inspección ⊄ 166.500
7. reuniones gestión ⊄ 250.000
8. préstamo semilla ⊄ 250.000
9. comisión Cedeco 0
Total gastos ⊄ 1.773.145
Notas explicativas.


• Como se dijo los costos 1,4,6,7,y 8 actúan en contra de la operación por ser costos fijos que en un volumen mayor se diluirían con más facilidad

• El costo 2, aunque no es fijo, sino por volumen, sí resulta proporcionalmente menor a mayor volumen, dado que tanto el secado como el vibrado pueden distribuirse mejor que en una cantidad menor como la trabajada.

• La comisión para CEDECO se calculó en un 7% sobre el monto de ganancia (monto que iba a devolverse a la comunidad), pero al no existir este monto, no fue posible concretar este pago.

• Debe tomarse en cuenta que hay costos subsidiados que no aparecen en el cuadro, debido a que este fue el planteamiento. Estos costos son los siguientes: costo de la formación del SIC: tres talleres con un valor nominal (costos y pago del capacitador) de $ 300 cada uno, dos giras de apoyo, con un costo similar (todo cubierto por MAOCO. El costo real de este trabajo puede rondar en el triple de lo estimado, debido a que hubo mucho trabajo previo para la organización. Apoyo voluntario para la creación y animación de la red de consumidores solidarios (apoyo de don Jorge Ulate y que pagado a bajo costo no es menos de $2000). Apoyo de Ficosa en la gestión del crédito.

• Otro costo subsidiado o donado fue el costo de la certificación. Oro verde colocó en su SIC a los productores del SIC de Las Vegas, mediante un acuerdo con BCS, certificadora de Oro Verde que para esta primera cosecha donó el costo de la certificación de los 23 productores Ngobe. Este monto puede ascender normalmente a $ 1000 dólares.


Costos totales:

1. pago a productores: ⊄ 2.440.000
2. Costos operativos ⊄ 1.773.145
total operación (1 y 2) ⊄ 4.213.145
Ventas totales ⊄ 4.221.777
Diferencia a favor ⊄ 8.632


Como se desprende del cuadro, la ganancia neta fue de ochomil seiscientos treinta y dos colones, aunque hay gastos subsidiados y probablemente pequeños gastos no tabulados que pueden hacer desaparecer esta diferencia.

No obstante la experiencia demuestra que hay ganancias no financieras importantes, entre ellas:

- Se recuperó una actividad tradicional que tiene, por una parte muy buen mercado y muy buena aceptación, y una capacidad productiva en términos de experiencia y condiciones, muy importante.
- Se logró rescatar semilla local para esta cosecha y se acopió semilla para la próxima cosecha, con lo cual se recupera buena parte de la capacidad productiva.
- Se logra formar un Sistema Interno de Control que funcinó excelentemente sobre el compromiso de la honestidad y el control. La Asociación Quebrada la Vaca cumplió a cabalidad con el manejo de la lista de productores, con las sanciones cuando las hubo, con el control de calidad, la identificación de los productores y el compromiso colectivo, así como la documentación de todas y cada una de las fincas.
- Se logró certificar 23 lotes productivos de 23 fincas-familias, con la debida visita de inspectores externos, inspectores internos y documentación local.
- Se logra pagar al mejor precio en comparación con cualquier otra región del país, el precio oficial fue de 34.000 colones.
- Se logra una relación de compra solidaria con 63 consumidores/as. Los compradores reciben un producto de calidad a un precio razonable, bien presentado y conservado y ejercitan su compromiso ambiental y social.
- Se demuestra que una forma de comercio electrónico de productos no perecederos es una oportunidad de generar dividendos tanto para los productores como para los gestores.

Algo de historia del pueblo Ngäbe



El frijol que es parte de esta iniciativa proviene de una comunidad indígena Ngobe Buglé del sur de Costa Rica, la comunidad se llama Las Vegas del Río La Vaca, ubicada en uno de los territorios indígenas, concretamente en Conte Burica. Si observamos el mapa de Costa Rica, en el extremo sur, al lado de la frontera con Panamá, unos kilómetros antes de que empiece a estrecharse el territorio para formar Punta Burica se encuentra esta comunidad. Como la mayoría de las comunidades indígenas, es una comunidad aislada de muy difícil acceso por un camino de tierra sólo apto para caminar a pie o a caballo, y que no cuenta con los servicios básicos de agua potable ni luz eléctrica.

Algunos datos:
Familia lingüística: Chibcha, Guaymí.
Nombre propio: Ngöbe, Ngabe, Ngöbere, Ngabere, Tura
Nombre atribuido: Guaymí
Áreas ocupadas por el grupo étnico o cultura:
Los Ngöbes de Costa Rica se encuentran en la Vertiente Pacífica en cuatro reservas indígenas, tres de ellas en la cuenca del río Grande de Térraba, en la subcuenca Coto Brus: Reserva Guaymí de Conte Burica, Reserva Guaymí de Coto Brus, y Reserva Guaymí Abrojo-Montezuma. La Reserva Guaymí de Osa se encuentra en la cuenca de Río Riyito, Río Pavón, y La Quebrada (Bozolli 1969: 98,106; Tenorio 1988: 34,35, 49).
Los ngöbes vinieron desde la provincia de Chiriquí en Panamá hacia Costa Rica, empujados por la destrucción de la selva, las presiones de los blancos, y por la arbitrariedad de sus caciques aproximadamente en los años 1950-51. Sin embargo, esta región de Costa Rica forma una unidad geográfica continua con Chiriquí, por lo que también se considera que su presencia en Costa Rica responde a que los ngöbe siguen recorriendo los caminos usados por ellos desde la época precolombina, siendo pueblos casi de trashumantes que a menudo regresan a Panamá (Laurencich en Camacho 1996: 21). A partir de 1964 los ngöbes se establecen en Costa Rica de manera sedentaria en las localidades mencionadas (Bozolli 1969: 98).
Dentro de ese desplazamiento de población ngöbe hacia Costa Rica debe también considerarse como causa la oferta de empleo en las bananeras ubicadas en la zona fronteriza. Algunos llegaron atraídos por el trabajo en las fincas bananeras y se emplearon en ellas como obreros agrícolas (Camacho 1996: 21). En la actualidad también suceden migraciones temporales de familias ngöbes de Panamá a Costa Rica durante las cosechas del café en busca de trabajo. Antes del advenimiento de la Compañía Banaera, hacia 1880, ya la gente aborigen ngöbe de la costa fue forzada a desplazarse tierra adentro para escapar a la muerte y la esclavitud a manos de los más poderosos indígenas miskitos (Bourgois 1989: 112).
La Reserva de Conte Burica se encuentra en Punta Burica, territorio que comparten Panamá y Costa Rica. La Reserva se inicia en la costa, formada por rocas y arrecifes, y llega a 689 msnm en su punto más alto. Desde la altura se despliegan pequeñas cuencas hidrográficas que forman los ríos La Vaca, Conte, Tigrito, El Higo y Claro. Estas se integran a las subcuencas del río Conte y del río Colorado, de la cuenca del Coto Colorado que desemboca en el Golfo Dulce. Otras cuencas como las de las quebradas Coco y Caña Blanca desaguan directamente en el mar. Esta es la única Reserva Indígena en Costa Rica que tiene límites con el mar. La Reserva Indígena Coto Brus, también de los ngöbe, va desde los 700 a los 1700 msnm. (Camacho 1996: 42, 50). (tomado de /www.unesco.org.uy/phi/aguaycultura/es/paises/costa-rica/pueblo-ngoebe.html).
Participar en esta iniciativa, contribuye al sostenimiento de una comunidad indígena del Sur de Costa Rica, a la conservación de su territorio, de su cultura, de su suelo, de sus tradiciones y al fortalecimiento de su economía, gracias por su participación

Historia breve del cultivo de frijol tapado Ngäbe


Es casi seguro que los grupos Indígenas que vivian en los bosqes tropicales humedos desarollaron el sistema de frijol tapado hace siglos. Patiño (1965) en su libro Historia de la Actividad Agropecuaria en América Equinoccial da información de los cronistas españoles quienes hicieron varias descripciones del uso del sistema de tumba y pudre en varios cultivos, poco después de su llegada a las Américas observados en Colombia, Panamá y Costa Rica: En el siglo XVI Pedro Cieza de León describió la práctica así "en laderas cortan monte y siembran sus raices y otras comidas".
En 1577, Miguel Cabello de Balboa (1945) reportó una práctica de los nativos en la costa del Pacífico de Ecuador en la provincia de Esmeraldas así: "no hacen mas que arrojar el maiz en la montaña y cortar el monte encima y acude la cosecha: ciento por uno." Sin duda alguna estas son descripcines iniciales del sistema de tumba y pudre. En 1722 el viajero Francisco Coreal (citado por Patiño, 1965) notó que los Indios cerca de Buenaventura, Colombia practicaban el sistema de tumba y pudre. Mas tarde, en 1780 el capitan español Juan Jimenez Donozo visitó el Rio Atrato en Colombia y escribió lo siguente acerca del sistema de siembra de los Indios:
“No hacen mas que regar el maiz por el monte o bosque, que por la mucha humedad se hace impenetrable, y luego lo talan de modo que viniendo a podrirse las hojas y secarse las ramas le sirven de capa y nacen”. (H. David Thurston
Department of Plant Pathology
Cornell University
Ithaca, NY 14853 en www.ppath.cornell.edu/mba_project/SINTRO.html)
Pero el frijol, está asociado a nuestra gastronomía nacional. En Costa Rica el gallo pinto es sinónimo de desayuno, como el casado lo es de almuerzo, la sopa negra, los frijolitos tiernos y tantas otras variedades de delicias compuestas por frijoles, son parte de nuestra dieta.
Hace unos 20 años que las políticas gubernamentales se orientaron a desaparecer la estructura productiva e institucional dedicada a la producción del frijol. Perdimos semillas, desaparecieron los créditos, los precios de sustentación y toda la infraestructura del CNP dedicada al grano, bajo la consigna de que es más barato comprar afuera que sembrar lo que nos comemos. Rápidamente pasamos de ser autosuficientes en la producción de un frijol de calidad, a ser dependientes de frijol importado de mala calidad.
Con la reciente crisis alimentaria, nuevamente estamos volviendo los ojos a la producción nacional del frijol. Tenemos la capacidad de producir lo que nos comemos. Apoyar a los productores indígenas de frijol, también es apoyar la soberanía alimentaria.

Frijol tapado y su compromiso ambiental





El frijol (Fasceolus vulgaris) es uno de los alimentos más antiguos que conocemos; han formado parte importante de la dieta humana desde hace miles de años. Fueron uno de los primeros productos alimenticios que se cultivaron. Los frijoles comunes empezaron a cultivarse hace aproximadamente 7000 años, en Perú (con el nombre purutu) y en el sur de México. En México, los nativos cultivaron los frijoles blancos, negros, y todas las demás variedades de color.

Puesto que las tribus indias cruzaron el continente americano, estos frijoles y las prácticas de cultivo se propagaron poco a poco por toda América del Norte y del Sur, a medida que los grupos de indios exploraban, emigraban y comerciaban con otras tribus.

Cuando los conquistadores de la península ibérica llegaron al Nuevo Mundo, ya allí florecían diversas variedades de frijoles.

Los primeros exploradores y comerciantes llevaron posteriormente las variedades de frijol americano a todo el mundo, y a principios del siglo XVII, los frijoles ya eran cultivos populares en Europa, África y Asia.

El Frijol es una rica fuente de proteínas e hidratos de carbono, además de ser una buena fuente de vitamina del complejo B como son la niacina, la riboflavina, el ácido fólico y la tiamina. Igualmente proporciona hierro, cobre, zinc, fósforo, potasio, magnesio y calcio y tiene un alto contenido en fibra. También es una excelente fuente de ácidos grasos poliinsaturados.

Frijol tapado ¿qué significa?

Afirma David Thurston que “ los sistemas de siembra con cobertura muerta, como es el caso del sistema de fríjol tapado, han sido usados tradicionalmente por siglos por los agricultores del trópico húmedo, especialmente donde la quema es muy difícil o imposible. De esta manera la vegetación natural se tumba y los cultivos sembrados obtienen sus nutrientes del material vegetal en descomposición.” Normalmente se utlizan terrenos en laderas en las cuales se deja crecer la vegetación por tres años, formando lo que se denomina “tacotales”, luego se hacen “carriles”, es decir pequeños trillos en el tacotal desde donde se riega al voleo la semilla de manera quede distribuida en el terreno, para posteriormente cortar el tacotal de manera que “tape” la semilla. Esta vegetación se descompone y provee nutrientes al frijol para su desarrollo.

“Los principios de los sistemas de cobertura tradicionales y modernos que se usan alrededor del mundo, presentan ejemplos invaluables de agricultura sostenible El sistema de fríjol tapado es ejemplo de un sistema que se maneja facilmente, requiere pocos insumos, es sostenible, no causa daño al ecosistema, y provee una fuente estable de alimentos.” (Thurston).

A esto se agrega el hecho de que es un frijol orgánico, es decir, para su cultivo no solo se observan las normas de conservación de suelos, sino que es producido sin la utilización de ningún producto químico sintético, de manera que se conserva la vida y la salud de las personas que lo producen, de las personas que lo cultivan y de la tierra misma. Tampoco se utiliza ningún tóxico para su conservación: sino que se empaca, como tradicionalmente se ha hecho: se guarda bien seco en envases cerrados y utilizando ajos para evitar que surjan gorgojos. Este proceso de producción y manejo es monitoreado y por ello cuenta con una certificación orgánica que da fe de su condición.

Una comercialización diferente






Ya hemos compartido la diferencia entre el precio ofrecido por esta iniciativa a los indígenas, que simplemente se ajusta al precio real del producto, y el precio ofrecido por los intermediarios, hasta tres veces inferior.

Pero esta iniciativa tiene además la característica de utilizar una red de compradores interesados y solidarios, que, además de recibir un producto de excelente calidad, quieren con ello colaborar al desarrollo de la comunidad indígena. Por ello queremos alimentar la decisión de participar en esta iniciativa, con información relevante. Esperamos que con ello, ustedes puedan convencer a más compradores y compradoras.

Esta comercialización se ubica dentro del esquema del Comercio Justo: se establece un precio de referencia, se comercializa de manera directa, sin intermediaciones innecesarias. . De manera transparente se rinde cuentas ante los productores: el precio pagado, los costos implicados (secado, empaque, transporte, distribución, etc) y si se logra una ganancia extra, esa ganancia retorna a la comunidad. No se trata de hacer favores o paternalismo, sino de hacer negocios respetuosa y transparentemente.

Tanto los productores y productoras indígenas, como los mismos consumidores y consumidoras, tendrán un informe sencillo de las transacciones hechas, esto es parte de las relaciones respetuosas que establece el Comercio Justo.